La técnica del seguimiento es una de las técnicas más utilizadas para enseñar a un perro a obedecer una orden. Es sumamente sencilla y, aunque no lo creas, puedes adiestrar al perro sin tocarlo.
Le muestras el premio y lo guías hacia el comportamiento deseado, cuando lo hace o comienza a dar los pequeños pasos le entregas el premio.
Aprender a atraer requiere un poco de práctica, pero vale la pena el esfuerzo. Esto se debe a que el engaño nos permite establecer rápidamente comportamientos que tomarían mucho más tiempo si intentáramos darles forma o usar la manipulación física, algo que muchos perros se resisten al principio.
Tentar al perro utilizando el premio como señuelo es darle un empujoncito para encaminarlo hacia el comportamiento deseado, más adelante una vez que entienda lo que se espera de él se deja de utilizar el señuelo, porque si no corres el riesgo de que no hará nada si el premio no está presente.
El secreto es acercar el premio a la nariz del perro y obtener toda su atención, de allí en adelante es muy fácil. Un señuelo es cualquier cosa que el perro siga de cerca con su nariz. Sobre todo, comida. También se pueden usar juguetes, pero la comida es la opción más simple y práctica una vez que hemos establecido la posición o el comportamiento que queremos, el señuelo ya no es necesario.