Cuáles son las características que identifican un vino ecológico de origen

Expertos sostienen que para que un vino sea considerado como ecológico debe cumplir con los requisitos legales de agricultura ecológica establecidos en la normativa nacional.

Esto significa que la bodega productora ha de llevar a cabo técnicas verdes durante todo el proceso de elaboración del vino, desde el cultivo hasta la comercialización. Si lo hace, en la etiqueta del vino correspondiente se incluirá el logotipo ecológico de nuestro país.

Así, los vinos ecológicos se producen con uvas ecológicas certificadas, que han sido cultivadas mediante prácticas naturales, que respetan el ciclo natural de la planta, como la planificación y la poda de cepas, y sin haber empleado en ningún momento productos químicos tales como los fertilizantes o los plaguicidas, debido a que estos pueden originar que se deteriore el suelo o la calidad del vino. Asimismo, estas uvas son vendimiadas a mano y seleccionadas en su mejor momento de maduración.

Los que saben sostienen que muchas bodegas ecológicas usan abonos orgánicos naturales, como la de la biomasa generada por el mismo cultivo, para conservar la flora microbiana de la tierra, optan por limpiar las malas hierbas con cerdos salvajes y/u ovejas o se sirven de algunas aves para que se coman los mosquitos que podrían ser dañinos para el cultivo.

Del mismo modo, en la elaboración de los vinos ecológicos no se añaden sulfitos ni clarificantes, incluso está prohibida la concentración parcial por frío, la desalcoholización parcial del vino o la eliminación de anhídrico sulfuroso a través de un proceso químico, así como la quema de biomasa procedente de las viñas.

Finalmente, los vinos ecológicos tienen un sabor más auténtico, fruto del cuidadoso proceso de elaboración al que son sometidos, siendo los preferidos de los amantes del vino cien por cien natural.